La intendencia de Río de Janeiro decretó la “Ley seca” y prohibió la venta y el consumo de bebidas alcohólicas en los alrededores del Maracaná para el sábado 4 de noviembre, cuando se enfrenten en ese mítico estadio Fluminense y Boca Juniors por la final de la Copa Libertadores de América.
La decisión fue tomada por el intendente de Río, Eduardo Paes, en una resolución publicada hoy en el boletín oficial de la “ciudad maravillosa”.
Según el decreto, el período de prohibición comenzará a las 0 horas del sábado, día del partido, se extenderá hasta las 6.00 del domingo 5 y afectará a las principales plazas, calles y avenidas en el entorno al estadio conocido como “El templo del Fútbol”, propiedad del Gobierno estadual de Rìo de Janeiro.
El alcalde Paes consideró ante la prensa la “competencia municipal para mantener el orden urbano, mediante el ejercicio del poder de (la) Policía, en cumplimiento del interés público de mantener la seguridad en el deporte, que es también un derecho fundamental del aficionado” .
Las fuerzas policiales del estado de Río de Janeiro anunciaron un despliegue a partir del viernes por la seguridad debido a que -según las estimaciones- se esperan más de 100.000 hinchas de Boca Juniors de diversos lugares del mundo que viajarán a la ciudad brasileña para seguir de cerca el choque, tengan o no entradas.
Para el viernes 3 está previsto un banderazo convocado por el grupo de hinchas denominado Consulado de Boca Juniors en Río de Janeiro en la playa de Copacabana.