Lautaro Rivero llegó en esta temporada a Central Córdoba. Es surgido de las inferiores de River Plate y ayer luego de su consagración con la “Negra y Blanca” ha escrito una historia de superación digna de admiración. Su reciente consagración como campeón de la Copa Argentina 2024 con el club santiagueño no solo representa un hito en su carrera deportiva, sino que también corona un camino marcado por la perseverancia y la lucha contra la adversidad.
Hace apenas un año, la realidad de Rivero era muy diferente. Para ayudar a su familia, se veía obligado a vender alfajores en los semáforos. Esta imagen contrasta fuertemente con la de un futbolista profesional celebrando un título, pero es un reflejo del sacrificio y la determinación que lo han caracterizado a lo largo de su vida.
Es de Moreno, provincia de Buenos Aires, era una de los pilares en la Reserva millonaria y su debut en Primera quizás se veía un poco lejos, pero en Julio de este año nació la posibilidad de venir al Oeste y no lo dudó un instante.
La llegada de Rivero a Central Córdoba coincidió con un momento de cambio en el club ya que además arribó Omar De Felippe como entrenador y también se renovaron las ilusiones de toda la nación ferroviaria.
Rivero apenas jugó en algunos partidos, pero se dio el gusto de debutar en Primera y desde ese momento comenzó a sobredimensionarse su perseverancia que lo llevó de la venta ambulante a la cima del fútbol argentino.
El futuro de Rivero es prometedor. Su contrato con Central Córdoba se extiende hasta diciembre de 2025, aunque River Plate tiene la opción de repesca cada seis meses. Solo el tiempo dirá si este joven campeón regresará al club que lo vio nacer o si continuará escribiendo su historia en Santiago del Estero.
