“Está prohibido no soñar”, una de las frases que sintetiza la ilusión Ferroviaria. Su gran triunfo en Santa Fe ante Unión no sólo le permitió consumar su quinto triunfo en fila sino que además hace soñar a todo el pueblo del Oeste con mantener la categoría y soñar con lograr la Copa Argentina, donde está en semifinales. ¿La Copa Libertadores?, es nuestra obsesión, dijo un hincha, simplificando el sentimiento de cada uno de los simpatizantes de la nación “Negra y Blanca”. Una situación similar a la vivida en el 2019, cuando cayó en la final de la Copa Argentina contra River.
Estar entre los cuatro mejores equipos de la competencia más federal del fútbol argentino le abrió de nuevo la posibilidad de tener su debut internacional. En Central Córdoba son conscientes de lo que se estarán jugando el 24 de octubre, cuando enfrenten en una se las semifinales a Huracán, pero también están conscientes de que no hay que descuidar en torneo de la Liga Profesional porque estar fuera de la zona de descenso directo y estirar la diferencia con los rivales directos en la tabla Anual costó mucho sacrificio y no debe ser en vano eso.
Desde que asumió Omar De Felippe, la realidad “ferroviaria” es otra. Juega como un equipo que tiene hambre de gloria, no escatima al esfuerzo y eso se refleja en cada pelota que traba y mete, que juega y toca y que además ahora lo consuma con el gol.
Hoy las sensaciones son hermosas, que hace hace soñar como tienen los grandes, pero también los chicos, que anuncian con bombos y platillos la posibilidad de hacer historia.
Hoy Central Córdoba está volviendo a ser el Central Córdoba de las proezas de equipo grande, como marca su historia.