Trungelliti, el santiagueño que destapó la olla de la mafia del tenis mundial

Un santiagueño le sacó la “careta” al mundo del tenis. El caso de los arreglos de los partidos se destapó a partir de que Marco Trungelliti denunció el caso allá por julio de 2015.

La honestidad y el sentimiento de injusticia e impotencia hizo que lo llevara a destapar la olla colmada de un humo que tapaba las irregularidades en el tenis mundial. La historia comenzó desde que un llamado por teléfono le indicó a surgido en el Santiago Lawn Tennis que había una mafia que movía los resultados de algunos partidos del ATP.

Trungelliti no se dejó seducir por semejantes sumas (en sus 15 años de carrera se ha embolsado 1,5 millones de dólares) y acudió a la Unidad de Integridad del Tenis (TIU) para denunciar el caso. 

En ese momento el tenis mundial comenzó a mirarse con “ojos cómplices”. Pasó el tiempo y desde el TIU no hubo novedades hasta 2017 cuando llamaron al santiagueño para testificar: los investigadores habían descubierto que el hombre que le contactó a él había tenido más que conversaciones con otros tres tenistas argentinos, sus compatriotas Federico Coria, Nicolás Kicker y Patricio Heras.

En 2018 se hicieron tres juicios y la “máquina de la verdad” indicó que Coria, Kicker y Heras habían estado envueltos en ese caso y eso dejo a Trungelliti en la mira de los mafiosos del mundo del tenis.

Esta situación llevó al tenista santiagueño a mudarse a Andorra (micro estado más grande de Europa y está situado en los Pirineos, entre España y Francia) temiendo por su integridad física porque algunos lo tildaron de “buchón”.

Al poco tiempo, Coria fue suspendido por no haber denunciado que le contactaron para amañar un partido, mientras que Kicker y Heras recibieron sendas sanciones de tres años sin poder competir por arreglo de partidos.

“El sistema funciona mal y hay partidos que se arreglan y que se van a seguir arreglando hasta que las cosas no cambien. Al tenis le interesa que siga habiendo partidos arreglados porque, sino, el nivel Future y muchos Challengers son insostenibles; no dan los números”, señaló el santiagueño.

“Ganas dos mangos y gastas tres; matemáticamente no da. Entonces yo creo que las organizaciones se alimentan de ese sistema y quedó demostrado por cómo actuaron conmigo. Me cansé de cruzarme con jugadores que me dijeron: ‘Es imposible que alguna vez yo reporte algo viendo todo lo que hicieron con vos'”, replicó.

Según Trungelliti, en el circuito Futures, donde se curten los tenistas adolescentes antes de dar el salto al profesionalismo, se arregla al menos un partido al día. “Y me estoy quedando corto. No tengo las pruebas, pero con que vayas a un torneo Future durante unas horas, vas a tener todas las pruebas visuales para darte cuenta”.

“Hasta que realmente no pongan manos a la obra y la ATP quiera cambiar el sistema, no va a pasar demasiado. Yo diría que este es un sistema casi feudal, de hace 200 años, con un 2% que vivían como ricos y que el resto que se mueran; esto es lo mismo”, sostuvo sobre el desigual reparto de los premios en el tenis, una de las principales razones que se apuntan a la hora de explicar la problemática del amaño de partido.

Una ex estrella del tenis mundial como John McEnroe lo defendió a capa y espada. “Trunge” tiene la conciencia tranquila, pero ahora, de vuelta en Argentina por primera vez desde que su testimonio fuera clave en la suspensión de tres compatriotas, sigue sosteniendo lo que habló y espera que algún día el tenis mundial sea cristalino.

“No puedes ser cómplice de que vivan 80-100 personas en el tenis. Es lo que siempre me jodió y me va a seguir jodiendo. Como jugadores pueden ser buenísimos, pero como humanos tratando de mejorar el sistema en general, me parecen paupérrimos. Es lo que hoy están haciendo Dkojovic y Pospisil también. Además, todo ese trabajo en la PTPA les saca tiempo y energía”.

Por su parte, el capitalino le tiró además la responsabilidad a los más importantes de la época moderna del tenis como Federer y Nadal.

“Me parece indispensable (que Djokovic hable). A la gente le puede gustar o no, pero Federer y Nadal nunca dijeron nada. Quieras o no, son cómplices de lo mal que está el sistema, porque no fueron capaces de abrir la boca ni una vez y luchar por los derechos de los jugadores. Si alguna vez lo hicieron fue internamente, pero no cambió nada”, disparó.

Lo cierto es que un santiagueño, urgido por la transparencia en el mundo del tenis, entró en el riñón de la mafia y destapó una olla con muchas cosas raras. Lo dejaron sólo, pero “Trunge” le pone el pecho a las balas y se mantiene firme en sus dichos.

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