El próximo domingo 8 de octubre se cumplirá un año del fallecimiento de Juliana Gómez, la jugadora de Argentino de Merlo que perdió la vida en un accidente de tránsito al regresar en autos particulares de disputar un partido frente a Atlético Rafaela.
Esa fecha, en 2022, marcó un antes y un después en el fútbol femenino y expuso las condiciones de la mayoría de los planteles de la disciplina.
Esa fecha, en 2023, volverá a marcar un antes y un después: Marisa, madre de Juliana, inaugurará la fundación que llevará el nombre de su hija y, junto a un equipo de diferentes profesionales, buscará acompañar a las jugadoras y defender sus sueños para que “ninguna otra mamá se quede con los brazos vacíos”.
“Después de todo lo que pasó, me hizo un click en la cabeza y me di cuenta de que si me callaba era el famoso ´aquí no ha pasado nada´. Empecé a adentrarme en el fútbol femenino y vi que estaba todo atado con alambre, que las chicas estaban a la deriva
Primero que nada, por mi fe y gracias a Dios tuve la fuerza para poder perdonar, para poder evitar que el odio me carcomiera por dentro. Pensé que algo tenía que hacer y salió la idea de la fundación”, relató Marisa.
Y añadió: “Fui a la AFA para saber si realmente ellos le habían dado presupuesto al club o no, no sabía dónde estaba parada. Me respondieron que no, que no existía la obligación y ahí les conté mi intención de armar la fundación para que no volviera a pasar. Me dieron el apoyo y me dijeron que querían que seamos un nexo entre ellos y los clubes”.
Respecto a los objetivos de la iniciativa, detalló: “La fundación está destinada a brindar protección, acompañamiento e inclusión a las futbolistas de todo el país. Vamos a tener un Departamento de Género, uno psicológico, uno social. Buscamos apoyarlas desde nuestro lugar, hay muchas chicas que vienen de hogares difíciles y la problemática es muy compleja. Queremos que la fundación sea sus casas, estar para lo que necesiten y brindarles contención, no solamente un par de botines”.
Marisa inició el camino casi sin pensarlo. Eligió convertir el dolor en lucha y en el proceso conoció a una gran cantidad de personas que la ayudaron a conformar la fundación que será inaugurada el domingo 8 de octubre en el Teatro Municipal de Merlo, a partir de las 15.
“Fue de puro corazón. Gente que se me fue acoplando, que se fue enterando por las redes. Uniéndonos todos vimos que algo se podía cambiar, que había que empezar de abajo para arriba. Las jugadoras que llegan a Primera son muy pocas, ¿Qué pasa con el resto? La idea es que al menos cuenten con las condiciones mínimas e indispensables. Me sorprendió que me escribieran personas de todo el país. Los profesionales se unieron ellos solos, se conectaron conmigo desde el corazón. Ahora estamos enfocados en la inauguración”, manifestó Marisa.
En esa línea, continuó: “Yo lo hago por las chicas. Ese día me quedé con los brazos vacíos, a mi hija no la pude volver a abrazar jamás. Siento que ayudándolas a ellas vuelvo a abrazarla. No sabía de muchas cosas que pasaban en ese momento en el club, hacer algo ahora me pone de pie”