Leonardo Carol Madelón está con casi fuera de su lugar como entrenador de Central Córdoba. Es que su pésimo trabajo en el cargo del equipo, es el detonante para que la dirigencia espere por horas la renuncia del santafesino.
Hay un detalle, y que no es menor, es que la dirigencia no quiere echar al DT sino esperan que el ex jugador de Unión de Santa Fe presente su renuncia, porque en ese caso no le pagarán la rescisión de su contrato que es de más de 20 millones de pesos. El contrato del DT vence en diciembre recién, eso hay que tener en cuenta.
El DT alargó la agonía esperando que los directivos lo echen así se vaya de nuestra ciudad con una bolsa, al mejor estilo de las grandes noches de veladas de boxeo en Las Vegas.
La honestidad es un valor muy importante en este tiempo donde en Argentina abunda el egoísmo y la indiferencia. Madelón, en su última conferencia de prensa tras la cuarta derrota en fila, el sábado ante Atlético Tucumán, dijo que no debe pedir perdón a nadie porque no es un ladrón, quizás tenga razón, pero no se trata de pedir perdón sino de que si alguien y algún club, en este caso Central Córdoba, lo contrata para hacer un buen trabajo y no cumplió con el objetivo, hubiese sido más justo que de un paso al costado antes.
Es un secreto a voces que el fútbol se transformó en un negocio, pero Madelón lo hizo más obvio.
Ya no necesario que cuando un DT no cumpla para lo cual fue contratado, se encapriche y desista de se irse. Un club como Central Córdoba, con toda la historia que tiene no se merece eso. Madelón se c…..gó en la historia “ferroviaria” y sólo pensó en su bienestar antes de llevar al club mas grande de Santiago del Estero a un lugar mejor en la tabla como el que terminó.
Los dirigentes también tuvieron lo suyo. Antes de traer a un entrenador deberían pensar bien en quién. Ya pasó con Abel Balbo, que además volvió a sonar en el Oeste para ser el posible reemplazante de Madelón (si es que se la antoja renunciar).
Central Córdoba merece mucho más.