¡¡¡¡¡Vaya que fiesta por favooorrr!!!! Esa era la única frase que se escuchó de los 43 mil espectadores que tuvieron la suerte de asistir al estadio Unico Madre de Ciudades. Ver a los campeones del mundo, ver a Lionel Messi, su magia, su humildad, su alegría, ver al Dibu, a Scaloni, a Enzo Fernández, en fin a esa estela de estrellas que vinieron a Santiago del Estero, fue algo Único y valga la palabra porque había que recibirlo en el mejor lugar que ellos podrían haber estado: Un estadio de lujo, Único, argentino y bien santiagueño.
Pero no sólo disfrutaron aquellos que fueron al estadio sino todos aquellos que estuvieron esperándolos aquel lunes a la noche, que mas allá de los miles de memes por lo fuerte que pasó el micro que los llevó al hotel, pudieron ver algún “flequillo” de algún jugador y con eso fue suficiente para sentirnos orugllosos, santiagueños de pura cepa.
El espectáculo fue sencillamente espectacular, difícil de olvidar, esos momentos que uno guardará en el mejor lugar del baúl de los recuerdos, dónde podremos contarles a nuestros nietos de esas horas que por algunos días sirvieron para sentirnos como el ojo del mundo, porque Santiago del Estero fue la capital del fútbol por un día. Que lindo ser santiagueño, porque además le demostramos al mundo que sabemos disfrutar de estos logros, sin extralimitarnos y con la humildad que sólo un lugar como Santiago del Estero tiene.
Seguramente Messi, De Paul, Scaloni y todos los componentes del seleccionado argentino se fueron empapados de amor, de cariño y de sencillez.
Se lo merecen y se lo merecerán por muchos años más.
Santiago del Estero, tierra de campeones del mundo.
