En la semana más intensa desde su regreso al banco de River, Marcelo Gallardo ajusta cada detalle con la mira puesta en el Superclásico. El entrenador sabe que el duelo ante Boca puede marcar un antes y un después, y por eso aprovecha cada sesión en Ezeiza para probar variantes. Una de las que gana fuerza es el esquema con cinco defensores, el mismo que utilizó con éxito en su última visita a La Bombonera.
La decisión final dependerá en gran parte de la recuperación de Sebastián Driussi, quien todavía no está al ciento por ciento. Si el delantero llega en condiciones, podría acompañar a Maximiliano Salas en el ataque, aunque todo indica que el ex-Racing se perfila como único punta. En defensa, Lucas Martínez Quarta y Lautaro Rivero tienen su lugar asegurado, mientras que Juan Carlos Portillo podría retroceder a la zaga para liberar espacio en el mediocampo y permitir el ingreso de Enzo Pérez.
El “Sicario” ya demostró que puede adaptarse sin inconvenientes a jugar de central, y Gallardo valora justamente esa versatilidad, clave para modificar el esquema en pleno partido sin gastar un cambio. La otra opción que maneja el cuerpo técnico es incluir a Paulo Díaz por el lesionado Facundo Colidio, lo que abriría una disputa en el mediocampo entre Pérez, Portillo y Kevin Castaño.
River ya tiene el antecedente favorable: en el último superclásico disputado en La Bombonera, con un equipo alternativo en medio de la serie ante Colo-Colo por la Libertadores 2024, Gallardo se llevó un triunfo 1-0 con gol de Lanzini. En ese partido también apostó por tres centrales, y el plan le salió perfecto. Ahora, en un contexto completamente distinto, el Muñeco vuelve a mirar hacia esa fórmula con la esperanza de repetir el resultado.
