La jornada de este fin de semana del fútbol europeo regaló dos momentos insólitos que quedarán en la memoria de los fanáticos. En Inglaterra y Alemania, Jamie Vardy y Harry Kane protagonizaron escenas tan cómicas como inesperadas, en partidos con realidades muy distintas pero con un mismo desenlace: risas, sorpresas y hasta un poco de decepción.
Vardy y una travesura con silbato incluido en la Premier League
En Inglaterra, Leicester City y Southampton disputaban un duelo sin importancia en la penúltima fecha de la Premier League: ambos ya estaban condenados al descenso. Sin embargo, el partido en el King Power Stadium tuvo su cuota de espectáculo gracias a Jamie Vardy.
Durante una jugada, un jugador del Leicester chocó accidentalmente al árbitro principal, quien cayó aparatosamente al suelo. Mientras los médicos ingresaban al campo para asistirlo, Vardy, ídolo eterno de los “Zorros”, aprovechó el desconcierto para hacer de las suyas: corrió hacia el árbitro, tomó su silbato y lo sopló para detener el juego como si él fuera la autoridad. La ocurrencia desató carcajadas en las tribunas y quedó como una de las imágenes más graciosas de la jornada, y posiblemente, de la despedida del delantero en su casa.
Kane festejó antes de tiempo y terminó pagando caro en la Bundesliga
A varios kilómetros de distancia, en Alemania, la tensión era mucho mayor. El Bayern Múnich tenía la posibilidad de coronarse campeón de la Bundesliga. Con el marcador 3-2 a su favor frente al Leipzig, Harry Kane ya saboreaba el título. En pleno partido, el delantero inglés comenzó a celebrar lo que parecía un triunfo asegurado.
Pero el fútbol, con su imprevisibilidad habitual, le jugó una mala pasada: sobre el final del encuentro, el Leipzig logró empatar 3-3. El gesto de Kane lo dijo todo. Pasó de la euforia al desconcierto en segundos, con una expresión que reflejaba el golpe anímico de ver cómo se le escapaba el campeonato de las manos.
Dos momentos que resumen la esencia del fútbol: emoción, sorpresas, risas y decepciones. Mientras Vardy se despide entre carcajadas, Kane aprendió que en este deporte, nada se celebra antes del pitazo final.