El Real Madrid de España empató 3-3 con el Manchester City de Inglaterra, con el argentino Julián Álvarez desde el banco, en el estadio Santiago Bernabéu, por el partido de ida de los cuartos de final de la Champions League.
Ancelotti pidió en la previa “coraje y personalidad”, para que no volviera a ocurrir lo del 4-0 en el Etihad del año pasado. Sus jugadores sacaron todo eso después de un terrorífico inicio con amarilla y gol encajado en menos de dos minutos. Lo mismo cuando en la segunda parte, en cuestión de cinco minutos, volvían a ir por debajo del marcador. Camavinga y Rodrygo, en el primer cuarto de hora, y Valverde, a diez minutos del final, dejan seguir soñando a un Madrid que perdonó cuando pudo sentenciar.
El City, que mantiene su racha de marcar tres goles en cada partido de esta Champions y suma 26 encuentros seguidos sin perder, demostró por qué es el actual campeón. Los de Guardiola llegaban al Bernabéu con menos descanso y, para colmo, perdían a De Bruyne a última hora tras vomitar en el vestuario. Tres goles desde la frontal, el primero de Bernardo Silva de falta -y con ayuda de Lunin– y otros dos de Foden y Gvardiol, permiten a los citizens volver a casa para jugarse la eliminatoria con tablas en el global.