Boca recibió en las últimas semanas una propuesta especial: disputar un encuentro amistoso frente a Napoli en su casa, el estadio que lleva el nombre de Diego Armando Maradona. El lazo emocional que une a ambas instituciones a través de la figura del astro argentino fue el motor principal de la invitación, pensada como un evento cargado de significado futbolero y cultural.
El partido también estaría vinculado a un objetivo institucional del club italiano. La idea es que el amistoso funcione como acto inicial de las obras de remodelación del estadio, proyectadas de cara a la Eurocopa 2032, que tendrá a Italia como una de sus sedes.
El plan contempla una inversión cercana a los € 150.000.000 y la construcción de un tercer anillo que permitiría incorporar unas 10 mil nuevas localidades.
Sin embargo, el mayor escollo para avanzar es la agenda. A los compromisos deportivos de ambos equipos se suma el Mundial, que se disputará entre el 11 de junio y el 19 de julio, lo que reduce al mínimo las fechas posibles y vuelve compleja toda la organización logística.
Una situación similar frustró otra alternativa que surgió en el camino: un amistoso en Estados Unidos frente a un rival a definir, que no prosperó por los mismos inconvenientes.

