Por Fernando Serrano editorial de sgosports.com.ar. Hay veces que en el fútbol las narraciones no permiten ni siquiera decir algo bueno de un equipo que juega en casa, sus jugadores demuestran que parecen que “son europeos” porque sintieron -aparentemente- el calor de Santiago y no hay otro resultado que una derrota. Central Córdoba fue sencillamente “una lágrima” y Tigre con más inteligencia, se quedó con los tres puntos en el partido por la 10ma fecha del torneo Clausura de la Liga Profesional. Fue 1 a 0 y pudo haber sido más abultado el resultado.
No se puede jugar “sin alma”, en el fútbol pueden salir las cosas o no, pero las ganas y la actitud no se negocian. Lucas Abascia tuvo que salir lesionado porque debía marcar a todo el ataque de Tigre y tapar las paupérrima actuación de Pignani (uno se pregunta cómo llegó a jugar en Primera).
Los de Victoria, sin desesperarse, esperó el momento y con un remate fuera del área, de Alan Cabrera, convirtió y después de paró en su campo y “miró” tranquilamente las acciones pobrísima de los jugadores de Central Córdoba.
En el primer tiempo, quizás el “ferroviario” intentó algo, pero cayó con el correr de los minutos en la monotonía. Perelló corre sin idea de cómo tiene que terminar la jugada, Barrera casi igual, siempre tomando las decisiones desacertadas, Verón “calesiteó” toda la noche y se quedó sin pierna, Jonathan Galván, un caso aparte, quién le dijo que es mediocampista?….dio todos los pases al rival y para colmo de males los cambios que introdujo de Felippe le salieron peor que lo que estaban jugando.
Besozzi, Dios Mio, se gambetea sólo, Funes, Dios mío, desde que llegó a Central Córdoba no pasó de la mediocridad, Alfonso, Dios mío, otro jugador que le dio más pases al rival que a sus compañeros. Heredia es un mar de dudas dentro del área.
En fin…..Ahora hay que analizar esto. Central Córdoba es una caja de pandora. En casa hay quen hacerse fuerte….y al parecer el “ferro” entiende que hay hacer fuerte al rival. Pasó una y mil veces. el Único cada vez se hace testigo de las pobrísimas actuaciones del equipo santiagueño. Debería ser al revés.
