El ciclo de Ricardo Gareca al frente de la selección chilena llegó a su fin tras la dolorosa doble derrota ante Bolivia y Argentina por las Eliminatorias sudamericanas.
El golpe en casa frente a la Albiceleste y la caída en La Paz, dejaron a Chile en el último puesto de la tabla, sin margen para la remontada y con el boleto al Mundial 2026 definitivamente perdido. El “Tigre” no logró revertir el rumbo de un equipo sin alma ni ideas, y fue despedido en medio de una tormenta deportiva e institucional.
Con esta nueva eliminación, Chile encadena tres Mundiales sin participar y cierra uno de los capítulos más tristes de su historia futbolística. Lejos de las gestas de la generación dorada que conquistó América en 2015 y 2016, el presente de “La Roja” es una mezcla de frustración, nostalgia y urgencia. El desafío ahora será reconstruir desde lo más profundo, en medio de una crisis que ya no se explica solo por lo deportivo.