Hace dieciséis años, Central Córdoba comenzaba a escribir su primer historia que lo depositaría en el presente que hoy es la Liga Profesioanl del Fútbol Argentino. El “ferro” cerraba con un empate la serie decisiva contra Luján de Cuyo y ascendió al Argentino A.
Confirmado el estadio Malvinas Argentinas de Mendoza como sede de la Final de la octava edición de la Copa Total Argentina, la noticia trajo gratos recuerdos en la memoria de los hinchas de Central Córdoba de Santiago del Estero, uno de los protagonistas de la próxima definición. En 2008, el Ferroviario disputó su último encuentro oficial en esa cancha, con un resultado destacado que comenzaría el proceso de crecimiento sostenido hasta este presente inmejorable.

Aquel 29 de junio, el conjunto que dirigía Alejandro Cánova cerró una temporada positiva con el ansiado ascenso al Torneo Argentino A. Líder del grupo Norte y de la posterior zona A en la Fase Final, Central Córdoba cayó contra Patronato en una de las dos definiciones. Después de igualar 0-0 en el “Alfredo Terrera”, Cristian Díaz marcó el único tanto de la victoria del conjunto entrerriano, que curiosamente también progresó varias categorías hasta una actualidad que lo ubica como miembro de la Liga Profesional. El Ferroviario tendría una segunda oportunidad de subir, ya que debería disputar la Promoción frente a Luján de Cuyo.
La goleada por 4-0 en el estadio Alfredo Terrera prácticamente sentenció la serie en favor de Central Córdoba. Un doblete de Rubén Molina se sumó a las definiciones de Daniel Villalba y Diego Suárez para sentenciar el resultado que le dio tranquilidad de cara al viaje a Mendoza.
La revancha, disputada en el estadio Malvinas Argentinas el mencionado 29 de junio, comenzó con un tanto de Daniel Quiroga que le daba cierta esperanza a Luján de Cuyo. Sin embargo, una nueva aparición de Molina, héroe en la llave, desató la algarabía del Ferroviario, que daría el puntapié inicial de cara a un presente participativo en la Liga Profesional.
Justamente, Molina, recordó: “Fue algo maravilloso. Después de esa final que perdimos contra Patronato se sentía que el grupo estaba bien, y así quedó demostrado en la promoción”.
Los festejos, tanto en Mendoza como en Santiago del Estero fueron emotivos, la plaza Libertad se tiñó de negro y blanco. Un recuerdo imborrable para Molina: “En mi vida viví una cosa así, fue mucha la gente que viajó a Mendoza y cuando llegamos a Santiago estaba todo el pueblo ferroviario en la calle, la caravana fue increíble. Nuestro festejo privado fue hermoso, compartimos con la familia, que siempre nos había acompañado”. La caravana ferroviaria se paseó por el centro de la ciudad y terminó frente a la Case de Gobierno.
Finalmente, Molina, el héroe en el Malvinas concluyó: “Tengo los mejores recuerdos de mi paso por Central Córdoba, viví momentos únicos que, junto con el ascenso con Flandria, van a quedar en lo profundo de mi corazón. Tengo un cariño especial por el pueblo ferroviario, ojalá algún día le pueda devolver un poco de todo el afecto que me ha dado”.